martes, 18 de mayo de 2010

de futbol y matematicas


Atlético Nacional, gracias a la inspiración de Giovanni Moreno logró imponerse 4-2 sobre el Real Cartagena en un partido correspondiente a la decimocuarta jornada de la Liga Postobón. Con este resultado, los antioqueños continúan aferrados a las matemáticas al completar 22 puntos, a dos del cuarto puesto ocupado por Santa Fe.
Como todo mal estudiante, Nacional intenta remar contra la corriente sobre el final de la fase regular en la Liga Postobón, sin margen de error posible, aferrándose a la opción matemática que nos entregan los últimos resultados y apelando a la eventual mejoría en el juego tanto desde el punto de vista individual como colectivo, el verde hoy liderado por el talento de Giovanni Moreno, se niega a morir, da la pelea y sueña con una eventual clasificación entre los cuatro mejores, algo complejo, pero no imposible.
Ya es común que el equipo obligue a sus hinchas a recurrir a la calculadora. Atrás quedaron esos años donde la escuadra de nuestros amores se clasificaba sin mayores inconvenientes, con varias fechas de anticipación, sin tener que hacer fuerza por terceros o esperar el mal ajeno, ahora tendremos que optar por los números, alentar como siempre desde las tribunas o fuera de ellas, esperar que Giovanni se ilumine cuando pueda jugar y como dicen en Antioquia tener la fe del carbonero porque los errores cometidos en el arranque del semestre son una carga gigante que pesa mucho.
Cuando en el fútbol toma más fuerza los pronósticos y cálculos que el mismo juego, definitivamente se pierde el norte. A la necesidad de ganar y ganar para clasificar hay que sumarle la forma de hacerlo.
Es verdad que lo importante cuando se tiene la soga al cuello es optar por el resultado, pero en el fondo los aficionados sabemos bien que cuando se gana sin mayores méritos, tarde que temprano vendrá la caída, pues las bases de dicha reacción no son completamente sólidas.
Por eso hoy, más importante que vencer al Cartagena en un duro compromiso, con decisiones arbitrales totalmente equivocadas que perjudicaron al onceno costeño y a nuestro equipo o del dolor y rabia que dejó la caída en el clásico sobre el minuto final frente a los vecinos de al lado después de mostrar la mejor imagen no del año, sino de los últimos años, lo fundamental en sumatoria es que este Nacional ya muestra otro plan de juego, intenta respetar la pelota y aunque esperemos que esa reacción no sea demasiado tarde, cuando las individualidades levantan en su nivel y comienzan a trabajar en equipo, inevitablemente el colectivo mejora.
Según ese aspecto la esperanza clasificatoria no se sustenta únicamente en la suerte o alguna variable numérica porque con la irregularidad propia del fútbol colombiano, nadie tiene asegurado las victorias en los cuatro duelos que faltan, pero también no sería completamente descabellado pensar en conseguirlo.
Semanas atrás prácticamente descartaba la opción de pelear por los cuatro primeros lugares (la verdad todavía soy escéptico). Basaba ese concepto en algo tan simple como decir que Nacional no jugaba nada, era una escuadra incolora, con horrores defensivos y pocas variantes en ataque.
Tras llegar Santa en sustitución de Ramón Cabrero, el verde ha dado muestras de recuperación. El enfermo todavía respira con dificultad, sigue teniendo problemas estructurales que van más allá del terreno de juego, problemas que no se arreglan de la noche a la mañana o con tres o cuatro triunfos consecutivos, pero ya es un logro el respirar.
Ese cambio de mentalidad y estilo del cual se habló la semana anterior es lo que todavía nos mantiene vivos. Es nuestra luz de esperanza que nos obliga a revisar con detenimiento el calendario que falta y encomendarnos a “San Giovanni Moreno”.

otra triste despedida


Otra triste despedida
Atlético Nacional cayó por marcador de 2-1 frente a La Equidad en el estadio el Campín y confirmó su eliminación del grupo de los cuatro mejores que disputarán la fase semifinal en la Liga Postobón 1. Los antioqueños de esa forma completaron cinco campeonatos con desilusiones deportivas.
Aunque la frase de lo que mal comienza, mal termina ya la habíamos utilizado en semanas anteriores, hoy cuando con tristeza y dolor de hincha escribimos los últimos renglones del semestre referentes a nuestro equipo del alma, tenemos que confirmar que las equivocaciones del mes de diciembre en Nacional terminaron con una eliminación anunciada, nada sorpresiva, pero si dolorosa y penosa.
Por desgracia perder en Bogotá se convirtió en algo repetitivo. Fueron tres encuentros durante el semestre en la capital de la República y a pesar del gran respaldo popular en las tribunas, del sacrificio de la gente por comprar una boleta o realizar un viaje extenso desde distintos rincones del territorio colombiano, el equipo defraudó en el terreno de juego, se retiró sin ningún punto, siete goles en contra y apenas dos a favor.
La patética campaña reflejada en el Campín se extiende más allá. Como visitante el verde ganó dos partidos ante los últimos de la tabla Quindío y Cortuluá, empató milagrosamente en Cúcuta cuando debió caer y perdió seis duelos, incluyendo los clásicos regionales frente a Medellín y Envigado. Teniendo en cuenta los números, tuvo un rendimiento del 25,9 por ciento.
Como local tampoco hizo respetar el Atanasio Girardot cediendo unidades fundamentales ante Once Caldas y el vecino de al lado y cuando logró ganar en muy pocas ocasiones convenció a su público y la prensa especializada.
En fin, otro semestre con saldo en rojo (ya van cinco), sin ni siquiera una semifinal y lo peor con un lastre económico complicado y la inminente salida de su mejor jugador Giovanni Moreno al fútbol internacional.
Las cosas se llaman por su nombre y no hay que tapar el sol con las manos. Se fracasó rotundamente, pues la fuerte inversión económica, en la mayoría de los casos errada desde el punto de vista de las contrataciones y la preparación en la pretemporada no dio resultado, los llamados hombres de experiencia flaquearon en los momentos complejos y los pelaos obligados a salvar el barco lucharon, pero el agua ya nos llegaba al cuello.
Lo peor es que Nacional suele repetir los errores del pasado. Ya hemos escritos estas líneas y no sería extraño que en unos meses de nuevo estemos hablando de malos refuerzos o que la defensa no funciona, falta poder arriba y creación de juego en la mitad del terreno etc.
Nuestros dirigentes son ciegos, sordos y hablan cuando no toca (no todos, pero si la mayoría). No me concentro en el actual presidente Juan Carlos de la Cuesta, pues si bien ya hacía parte del tema administrativo y como líder debe asumir su responsabilidad apenas se familiariza con su cargo.
Hace más de año y medio venimos hablando de los problemas defensivos en Nacional. Dichos problemas son de funcionamiento e individuales y como recalcan muchos entrenadores cuando no hay seguridad atrás es muy complejo aspirar a cosas grandes.
Los centrales son un desastre y lo digo respetuosamente. En las bandas, Víctor Giraldo muestra cosas positivas a pesar de las lesiones, a Jair Iglesias habrá que esperarlo ya que cuenta con condiciones, Francisco Delgado apenas rinde en marca y Marlon Piedrahita desaprovechó su oportunidad.
Para colmo de males, Jairo Palomino se quedó sin un compañero confiable en el trabajo de recuperación. José Amaya es una sombra del pasado, Jairo Patiño no funciona como volante central y tanto Daniel Arango como Daniel Santa tienen futuro, pero carecen de minutos de juego.
Además, en ofensiva la escuadra no tiene contundencia y generación de fútbol. Depende de Giovanni Moreno (que muy seguramente se irá), no en vano el segoviano hasta el momento ha marcado 11 anotaciones de un total de 27 por parte del equipo y salvo las descolgadas de Víctor Ibarbo, el importante aporte del juvenil Orlando Berrío (el mejor descubrimiento del año 2010 hasta el momento) su esquema es plano, predecible y por ende sin sorpresa.
Perdimos más de tres meses con Ramón Cabrero y Santa aunque logró recomponer en algo el camino, al final se quedó en la orilla, pues en realidad contamos con una plantilla mediática que tiene más nombres que actualidad.
Por tal razón, perder frente a la Equidad resulta ser una triste anécdota, algo que ya no es sorpresivo, pero que sirvió para que el hincha de corazón manifestara nuevamente su descontento y voz de protesta y para que varios jugadores cerraran un ciclo en el verde.
No vamos a concentrarnos tanto en el partido del sábado. En resumen, Equidad jugó mejor, ganó bien y merece llegar a la última jornada de la fase regular con alguna opción clasificatoria.
La expulsión de Stalin Motta (quien empezó con un rendimiento alto en Nacional y finalizó por debajo de las expectativas) fue fundamental en el trámite del encuentro, Giovanni Moreno mostró todas sus condiciones aunque jugó muy solitario en el frente de ataque y Gastón Pezzuti a pesar de la expulsión se vistió de figura con cuatro atajadas milagrosas.
Lo del sábado deberá servir como parte de los elementos evaluadores que tendrá José Fernando Santa, entrenador en propiedad para el segundo semestre con el fin de depurar la nómina como ya lo ha venido insinuando en los últimos días cuando se habla de la salida de por lo menos seis jugadores.